jueves, 23 de julio de 2009

Y llegué a la Villa

Primero, lo primero: Quien se anima?, no me destaco por ser muy deportista y por lo tanto la gente que me rodea tampoco lo es, entonces el buscar compañía para este reto no fue sencillo, le hice la propuesta al vecino que entusiasmado por retomar la bici durante un mes iba al Parque Hundido a dar algunas vueltas (entre corredores y cadetes, poco práctico) pero la Villa se escucha muy lejos para algunas personas, la segunda opción fue Mau pero a pesar de ser mi orgullo maratonista si no esta corriendo está estornudando (o con algún gadget en su mano) y en esta ocasión era turno del achu ! asi que tampoco estaba en condiciones... ante el panorama estaba dispuesto hacerlo solo hasta que mi cuñado, que lo que le falta de deportista le sobra de entusiasmo accedió a acompañarme, la cita 10:00 am en mi casa, si de porsí ya iba a hacer ejercicio, por lo menos que fuera descansado no?. Puntual a la cita se presentó y le pedí la bici al vecino, esperando que no me reclamara (la bici) hacerla recorrer más de 100 metros como la tenían acostumbrada. Muy bien ya con el kit listo y con un desayuno al estilo Nadal de mucha proteína osease un platano, estaba dispuesto a ir al metro bus, digo la villa esta lejos, por lo menos hay que llegar a Reforma descansados, pero reitero el entusiasmo de mi cuñado es ilimitado y me dice, pues en bici desde aca no?... ooops ! bueno, pues si, porque no lo de menos es... no llegar y dar vuelta en U. Arrancamos y en la primera vuelta siento algo raro en mi bici (misma que me gané en la rifa anual de la oficina en la comida anual decembrina) y de repente me econtré pedalenado como idiota a toda velocidad para lograr que mi bici apenas se desplazara, el cambio de velocidades se había amolado, maldita sea ! justo hoy que la usé ! que coincidencia pero no me iba a dejar vencer tan fácil, Patritismo es de bajadita asi que dije, al Angel si llego... y ahi recuerdo haber visto al peusto de Benotto que todos los domingos apoya a los bicicleteros, ellos sabrán que hacer. Paciente mi compañero me esperaba cada esuina, claro la euivalencia era 1 pedaleada cuñado = 10 pedaleadas mías, con mucho sudor llegué el diagnósitocm era correcto, el tornillito impedía el cambio pero no hay nada que unos golpes técnicos reparen y la única instrucción que me dieron fue, no cambies de velocidad (ah ! se puede cambiar de velocidad !!, me dije, bueno, ahora no puedo hacerlo) y listo, la pedaleada ya no estaba tan dura o suave, el desplazamiento era equitativo e impedía que los triciclos rosas con cornetita roja me rebazaran. Del Angel llegamos a la Palmera, luego vimos al movido y remozado Cuauhtemoc, al Colón hasta llegar al Caballito (neta esa cosa amarilla es un caballo?) y ahí era el momento de decisiones, seguirte derecho o tomar la desviación que te lleva al centro, le da la vuelta a la plancha y te regresa al angel por Reforma... sinceramente desconocía que tanto faltaba para la Villa desde ahi, pero la meta estaba puesta... seguir derecho, ahi donde los mortales no se atreven a seguir y después de ese punto te olvidas de toda las famiias sonrientes, de todos los triciclos, los bebes en los asientos traseros de los papás, de las lindas patinadoras, de la bici exhotica que sólo sale a ser presumida, de los chicos de chaleco verde, de los INJUVE que sólo hechan desmadre, a los puestos de agua.. ah ! no esos ya no los ponen..., en fin, de todo lo bonito para entrar a otro panorama y ahi vamos decididos a cumplir la consigna. Después de pasar por la Guerrero, llegamos a Tlatelolco, creo que estamos cerca pero necesito un poco de agua, escala técnica y seguimos a de pronto a lo lejos se ve una cúpula uff el animo se levanta, la bici se siente ligera y volvemos a pedalear con mas ganas y finalmente la cúspide... pero buu te piden regresar una cuadra antes para no meterte en el hormigueo santificado, pero como el objetivo era la villa pues tenemos que llegar a la villa, asi que nos bajamos de nuestras bicis y a caminar cual peregrino, no de rodillas, pero si con el temblor de piernas, entre virgencitas chinas piratas, las películas piratas de Jesús y su vida, los angelitos de plástico, flores, olor a taco, azafrán y otros irreconocibles (de donde o de quien provienen) subimos las escaleras para finalmente. Si llegar a la Villa !.